ALBERTO CONOCIÓ ILHABELA:
Llamada Isla Bella en español, o São
Sebastião, también, es el nombre de una bella isla del Brasil, y es el único
municipio-archipiélago brasileño oceánico.
Está en la costa, al norte del estado de
Sao Pablo, en la microrregión de Caraguatatuba…
Es uno de los paisajes más agrestes en
toda la costa brasileña.
Cuenta con macizos montañosos de San
Sebastián y de Serraria, y ostenta una accidentada península, llamada de Boi.
El Pico de San Sebastián, llega a los
1.379 metros de alto, y el Morro de
Serraria, unos 1285 metros.
Está en pleno Océano Atlántico, a unos
215 kilómetros de la Capital, y a unos
140 kilómetros de la frontera del estado
de Río de Janeiro.
Tiene una superficie total de unos 348,3
kilómetros cuadrados…
El Turismo es fundamental para su
economía…
En los meses de diciembre, enero y
febrero, verano para estas latitudes, la población insular, puede llegar a
quintuplicarse…
Ilhabela es reconocida por sus bellas
playas, cascadas y senderos de encanto…
Aunque este paraíso, también tiene algunos
inconvenientes, como los conocidos insectos, llamados “borrachudos”, por los
locales, que son las “moscas negras”, cuyas hembras que se alimentan de sangre,
producen picaduras dolorosas…
Hay múltiples regatas en la isla, y también
es digno de practicarse el buceo, y el buceo libre.
Sus aguas ostentan como unos 50
naufragios, y algunos son posibles de visitar con el buceo, en sus aguas…
Se cuenta que existen en la isla unas
360 cascadas, en sus selvas atlánticas…
Ostenta unas 41 playas, siendo las mejores
las norte y las de su cara sur, por menor presencia humana, y pocos
contaminantes.
Para llegar a ella, se debe utilizar barco
transbordador, que cruza el canal, y el trayecto dura apenas unos quince
minutos…
Ver amaneceres y ocasos en la isla, son
momentos de verdadero recogimiento, y éxtasis, entre las montañas, el océano y
las nubes, es un verdadero paraíso…
En el año 2010, contaba con unos
28.176 habitantes, es uno de los sitios
más accidentados del litoral paulista, y aparentemente, cuatro de las islas que
forman el archipiélago, se remontan a antes de la llegada de los europeos al
Brasil.
Sus primeros habitantes eran
pescadores-recolectores del litoral, aborígenes que dominaban ya la agricultura
y la cerámica, y sobrevivían de la naturaleza, especialmente vivían del mar…
El 20 de enero del año 1502, una
expedición portuguesa, comandada por Gonçalo Coelho, y llevando a bordo a
Américo Vespucio, encontró una isla, llamada por los Tupis, de Maembipe, lugar
para intercambio de mercaderías y aún de prisioneros, y fue bautizada con el
nombre del santo del día, precisamente San Sebastián…
Se comentó que los indígenas la llamaban
Ciribaí, o “lugar tranquilo”…
Muchos cruceros, con hermosos barcos,
llegan a este sitio, y al descender a esta bella isla del Brasil, se puede
admirar su vegetación, que con orgullo pregonan que conservan un 83% de la
vegetación previa, de lo que denominan mata atlántica..
Y por supuesto, árboles centenarios, y
especies raras en su fauna diversificada…
Pero un sitial de interés lo representa, el avistaje de aves, algunas locales, y aún,
muchas, que son migrantes, y que paran transitoriamente en la isla, para
reaprovisionarse, para sus viajes anuales…
Es incontable la lista de aves, que se
pueden disfrutar, citaremos a modo de ejemplo, algunas de ellas, con sus
nombres en portugués y el científico: el Martín pescador grande, Megaceryle
torquata; Cuspidor de Máscara preta, Conopophagamelanops; Patinho, Platyrinchus
mystaceus; Trinta réis de bico vermelho, Sterna hirundinacea; Savacu de coroa, Nyctanassa
violácea; Coruja preta, Strix huhula; Pica Pau anhão barrado, Picummus
cirratus; Batuira de bando, Charadrius semipalmatus; Macarico pintado, Actitis
macularius; Caracoleiro, Chondrohierax uncinatus; y muchísimos más, que
representan una sinfonía de sonidos y colores, que sumados al verde de la
vegetación, y al color del mar, en un cielo muy bello, se conjugan para
disfrutar, en un estado de total asombro…
El llamado Papagaio-moleiro, Amazona
farinos, fue electo el símbolo de Ilhabela…
Hay comunidades originarias de caiçaras
tradicionales, que a veces desfilan en calles de las ciudades, con sus ropas
coloridas, sombreros y espadas particulares…
Muchos de ellos, realizan artesanías, con
tortugas, flores, barcos, cuchillos, peces de diversos colores, búhos, muñecos,
utilizando bambú, banano, y maderas de otros árboles en su arte…
La mujer, es una parte importante, en la
confección de estas manufacturas…
Le agradezco a Alberto, haberme hecho
conocer esta bella isla brasileña, paraíso de las aves atlánticas…
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