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sábado, 23 de junio de 2018

UNA ISLA DEL BRASIL:

ALBERTO CONOCIÓ ILHABELA:

Llamada Isla Bella en español, o S[U1] ão Sebastião, también, es el nombre de una bella isla del Brasil, y es el único municipio-archipiélago brasileño oceánico.
Está en la costa, al norte del estado de Sao Pablo, en la microrregión de Caraguatatuba…
Es uno de los paisajes más agrestes en toda la costa brasileña.
Cuenta con macizos montañosos de San Sebastián y de Serraria, y ostenta una accidentada península, llamada de Boi.
El Pico de San Sebastián, llega a los 1.379  metros de alto, y el Morro de Serraria, unos 1285  metros.
Está en pleno Océano Atlántico, a unos 215  kilómetros de la Capital, y a unos 140  kilómetros de la frontera del estado de Río de Janeiro.
Tiene una superficie total de unos 348,3 kilómetros cuadrados…
El Turismo es fundamental para su economía…
En los meses de diciembre, enero y febrero, verano para estas latitudes, la población insular, puede llegar a quintuplicarse…
Ilhabela es reconocida por sus bellas playas, cascadas y senderos de encanto…
Aunque este paraíso, también tiene algunos inconvenientes, como los conocidos insectos, llamados “borrachudos”, por los locales, que son las “moscas negras”, cuyas hembras que se alimentan de sangre, producen picaduras dolorosas…
Hay múltiples regatas en la isla, y también es digno de practicarse el buceo, y el buceo libre.
Sus aguas ostentan como unos 50 naufragios, y algunos son posibles de visitar con el buceo, en sus aguas…
Se cuenta que existen en la isla unas 360  cascadas, en sus selvas atlánticas…
Ostenta unas 41 playas, siendo las mejores las norte y las de su cara sur, por menor presencia humana, y pocos contaminantes.
Para llegar a ella, se debe utilizar barco transbordador, que cruza el canal, y el trayecto dura apenas unos quince minutos…
Ver amaneceres y ocasos en la isla, son momentos de verdadero recogimiento, y éxtasis, entre las montañas, el océano y las nubes, es un verdadero paraíso…
En el año 2010, contaba con unos 28.176  habitantes, es uno de los sitios más accidentados del litoral paulista, y aparentemente, cuatro de las islas que forman el archipiélago, se remontan a antes de la llegada de los europeos al Brasil.
Sus primeros habitantes eran pescadores-recolectores del litoral, aborígenes que dominaban ya la agricultura y la cerámica, y sobrevivían de la naturaleza, especialmente vivían del mar…
El 20 de enero del año 1502, una expedición portuguesa, comandada por Gonçalo Coelho, y llevando a bordo a Américo Vespucio, encontró una isla, llamada por los Tupis, de Maembipe, lugar para intercambio de mercaderías y aún de prisioneros, y fue bautizada con el nombre del santo del día, precisamente San Sebastián…
Se comentó que los indígenas la llamaban Ciribaí, o “lugar tranquilo”…
Muchos cruceros, con hermosos barcos, llegan a este sitio, y al descender a esta bella isla del Brasil, se puede admirar su vegetación, que con orgullo pregonan que conservan un 83% de la vegetación previa, de lo que denominan mata atlántica..
Y por supuesto, árboles centenarios, y especies raras en su fauna diversificada…
Pero un sitial de interés lo representa,  el avistaje de aves, algunas locales, y aún, muchas, que son migrantes, y que paran transitoriamente en la isla, para reaprovisionarse, para sus viajes anuales…
Es incontable la lista de aves, que se pueden disfrutar, citaremos a modo de ejemplo, algunas de ellas, con sus nombres en portugués y el científico: el Martín pescador grande, Megaceryle torquata; Cuspidor de Máscara preta, Conopophagamelanops; Patinho, Platyrinchus mystaceus; Trinta réis de bico vermelho, Sterna hirundinacea; Savacu de coroa, Nyctanassa violácea; Coruja preta, Strix huhula; Pica Pau anhão barrado, Picummus cirratus; Batuira de bando, Charadrius semipalmatus; Macarico pintado, Actitis macularius; Caracoleiro, Chondrohierax uncinatus; y muchísimos más, que representan una sinfonía de sonidos y colores, que sumados al verde de la vegetación, y al color del mar, en un cielo muy bello, se conjugan para disfrutar, en un estado de total asombro…
El llamado Papagaio-moleiro, Amazona farinos, fue electo el símbolo de Ilhabela…
Hay comunidades originarias de caiçaras tradicionales, que a veces desfilan en calles de las ciudades, con sus ropas coloridas, sombreros y espadas particulares…
Muchos de ellos, realizan artesanías, con tortugas, flores, barcos, cuchillos, peces de diversos colores, búhos, muñecos, utilizando bambú, banano, y maderas de otros árboles en su arte…
La mujer, es una parte importante, en la confección de estas manufacturas…
Le agradezco a Alberto, haberme hecho conocer esta bella isla brasileña, paraíso de las aves atlánticas…

 [U1]


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