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miércoles, 20 de junio de 2018

FESTEJO PATRIO EN ROSARIO. ARGENTINA.


















UN 20 DE JUNIO EN ROSARIO. ARGENTINA:

Este día, es el de la Fiesta Cívica más importante, para la ciudad de Rosario, y una fecha festiva importante para toda la Argentina.
Se conmemora, la desaparición física del General Don Manuel Belgrano, la Fiesta de la Bandera Nacional, pues a él le tocó, en la historia, generar este emblema cívico.
Precisamente, y desobedeciendo órdenes desde el Gobierno de Buenos Aires, quienes pugnaron para que no lo hiciese, el Gral. Belgrano, en las barrancas del Paraná, en los inicios de la población, que posteriormente se llamaría Rosario, desplegó nuestra insignia nacional ante sus propias fuerzas militares de la Independencia, y los civiles que se reunieron allí.
Un amigo Belgraniano, como yo, me envió un escrito personal, que quisiera transmitir, en este blog, para resaltar la figura del General Manuel Belgrano…
Se trata del Profesor Licenciado Luis Ángel Maggi, y expresa lo siguiente:

Manuel Belgrano y el Periodismo.

 Su pasión por informar al pueblo, ocupó un lugar importante, en su vida.
Nació en la ciudad de Buenos Aires en el año 1770, estudió las primeras letras en el Colegio
San Carlos, hasta que sus padres, lo enviaron a Salamanca, en España, donde se recibió de Bachiller en Leyes, y obtuvo el título de Abogado, cuando rindió su examen final en Valladolid. Además se preparó en Economía.
En el año 1794, asumió como Secretario del Consulado de Buenos Aires, cuando relataba, cada año, las memorias anuales.
Manuel Belgrano, hijo de un inmigrante Ligur, y de una madre criolla, fue abogado, funcionario, militar, creador de la Bandera Nacional y de numerosas escuelas, educador, traductor, políglota, economista, diplomático, defensor de los aborígenes y de la integridad territorial, y héroe nacional, murió pobre, en Buenos Aires, el 20 de junio, del año 1820.
Su actividad periodística, comenzó en “El Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de La Plata”, cuyo primer número se publicó en abril de 1801, fundado y dirigido por el escritor, Francisco Antonio Cabello y Mesa.
Belgrano colaboraba, junto a Juan Castelli, Julián de Leiva, Domingo de Azcuénaga, y otros.
Duró un año, esta publicación, y se clausuró por 1802.
Manuel Belgrano, continuó, con la difusión de sus ideas, en el Seminario de Agricultura, Industria y Comercio, editado por el comerciante criollo, Juan Hipólito Vieytes, entre los años 1802 a 1807.
En sus escritos, propiciaba la industria, el comercio, y la agricultura, siguiendo la teoría fisiocrática de Quesnay, cuya obra, había traducido del francés, también de Filangeri, y otros.
El Semanario, llegó a publicar 218  números.
El 3 de marzo de 1810, con la aprobación del Virrey Cisneros, se editó el Correo de Comercio, siendo sus redactores, Manuel Belgrano, Hipólito Vieytes, periódico, que duró hasta el 5 de abril del año 1811, Manuel Belgrano, desarrolló su pensamiento, referido a la economía.
La publicación cerró, cuando Belgrano, fuera de la Capital, en misión diplomática al Paraguay, junto al rosarino Doctor Vicente Anastasio Echevarría.
En el Instituto Belgraniano de Rosario, fundado el 17 de Mayo de 1957, se pueden encontrar muchos más datos de este ilustre Patriota, defensor de la integridad territorial, y de la educación, en todo el ámbito nacional.
Manuel Belgrano, fue un hombre inteligente, sagaz, generoso, que puso al servicio de su Patria, su conocimiento, sus fuerzas, su vida a favor de un pueblo, con independencia y libertad.
Numerosos escritos, bien redactados, se conservan, informes al Consulado, las cartas a San Martín, a Güemes, los artículos de los periódicos, su Proclama en la ciudad de Buenos Aires: “Deseo ser digno hijo de la Patria”, en su arenga frente al Regimiento de Patricios, “Nací para servir a mi pueblo, no vine para ser servido...” También nos quedó el diario de marcha de Buenos Aires a Rosario, de 1812, y sus cartas de Rosario a Buenos Aires…
Sus palabras y acciones, en las provincias de Corrientes y Misiones, donde relató el Reglamento en favor de los aborígenes.
En Rosario, el 27 de febrero de 1812, creó la Primera Bandera Nacional, de Argentina, la cosió María Catalina Echevarría de Vidal, y la hizo bendecir por el Párroco, Julián Navarro, y enarbolar, por el Delegado santafesino Cosme Maciel, y la juró el ejército y el pueblo.
En la ocasión, sentenció: “…no teniendo bandera, mandé hacerla celeste y blanca”.
En las costas del río Paraná, organizó la construcción de dos Baterías que llamó: Independencia y Libertad.
El 25 de mayo de 1812, reiteró la jura y bendición de nuestra bandera, ahora en Jujuy.
Luego de la Batalla de Tucumán, declamó “Este 24 de septiembre de 1812, día de la Virgen de las Mercedes, los patriotas hemos vencido…”
El 20 de febrero de 1813, con ocasión del triunfo, ahora en Salta, dijo: “Obtuvimos otra victoria por el valor de nuestros patriotas, y en las derrotas, mantengamos alto el espíritu, hasta lograr el objetivo de la libertad y la independencia”.
En el acta de donación de 40.000 pesos fuertes, en el año 1813, los destinó, para la fundación de cuatro escuelas, “Agradezco este reconocimiento al Gobierno Nacional, pero este pueblo, necesita aún, muchas escuelas, entonces, el dinero, será destinado, para su construcción y mantenimiento, en Tarija, Jujuy, Tucumán y en Santiago del Estero”.
Luego estuvo en el asesoramiento, en el Congreso de 1816, en los acuerdos de los terrenos santafesinos en 1819, hasta los permisos que pidió a la superioridad, por su quebrantada salud.
El testamento, y sus últimas palabras: “Ay Patria mía, cuantos males tienes todavía, espero que las nuevas generaciones los puedan corregir…”
Los integrantes del Instituto Belgraniano de Rosario, queremos compartir la admiración que sentimos por este prócer, este verdadero héroe nacional, que estuvo, siempre, adelante, como un estadista, en la construcción de la Nación Argentina, iluminando el camino de las ciencias, respeto por la ley, desprecio por la ambición desmedida, en desmedro del pueblo.
El ejercicio de un periodismo que informa y esclarezca al pueblo.
Queremos que brille su ejemplo cívico en Rosario, en el País, y en el orbe.
Belgrano, enfermo de hidropesía, viajó en carreta, desde Tucumán, hasta Buenos Aires, fue allí, cuidado por su médico, sus familiares, y religiosos dominicos, entregó su reloj como único pago posible a su médico de cabecera, pues estaba pobre, y murió en la ciudad de Buenos Aires, el 20 de junio de 1820, el día que se denominó el “de los tres gobernadores”, porque el gobierno era fruto de constantes rencillas intestinas.
Sus manos entrelazadas con un rosario, con el hábito dominico, blanco, y sin ninguna pompa fúnebre, fue enterrado en el piso del atrio de la Iglesia de Santo Domingo, de cuya orden, Belgrano era de la orden terciaria, como sus progenitores, también lo habían sido.



  

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