¿QUÉ ES EL PONCHO?

EL PONCHO:
Desde niño, aprendí que el poncho era una prenda que representaba al gaucho, poblador ancestral de la inmensa Pampa Argentina. Le tenía estima a esta prenda, y bastaba verlo en el cine o el teatro para identificarlo con historias remotas de paisanos, indios, fortines y aventuras.
En realidad, consiste en una manta, tejida con lana de oveja, llama o vicuña, que se coloca desde su cabeza, y que cubre al paisano, por delante y detrás, hasta casi la altura de las rodillas, y ostenta una pequeña abertura en su centro para precisamente poder insertarlo por la cabeza.
Se relata que nació en la época precolombina, y que en el siglo XVIII, se difundió, entre los gauchos rioplatenses.
En Argentina, en la Provincia de Catamarca, durante el mes de julio, se realiza una fiesta en su conmemoración: La Fiesta del Poncho.
Uno se logra sorprender, por ejemplo en la ciudad de Belén, de esta hermosa provincia argentina, con el colorido trabajo de los tejedores y tejedoras, célebres por sus ponchos de vicuñas, los más finos.
Se dice que hace falta un kilo y medio de lana, para tejer un poncho que alcance los 2  metros de largo y el metro y medio de ancho.
Estos artesanos del tejido, que han aprendido las técnicas de sus ancestros, preparan las lanas con el vellón, que proviene del proceso de esquilado de las vicuñas, luego lavan la lana, y algunas fibras, las tiñen con colorantes naturales, simples y sencillos, pero con mucha sabiduría antigua.
Primero hacen la urdimbre, y luego lo van armando, y logran hacer progresar, de su trabajo, figuras de animales, del arte rupestre, o geometría de los pueblos originarios.
Es una tarea de meses, y estos ponchos de vicuña, no son para nada económicos…
Entre los pueblos Incas, al poncho se lo llamaba “unku”, en el idioma quechua, y se han detectado este tipo de prendas, para uso fúnebre, más de mil años antes de la Era Cristiana, desde esa época, ya se lo conocía, en el actual Perú.
Es realmente impresionante ver el atuendo de las momias incas, ofrecidas en lo alto de la montaña a sus deidades, vestidas con este tipo de prendas, y con hermosos adornos, de plumas y animales marinos. Esto se puede apreciar en el Museo de Alta Montaña, de la ciudad de la ciudad de Salta, realmente es una experiencia especial, y algunos descendientes de pueblos originarios, aún las veneran, como parte de sacrificios a la diosa de la tierra, la Pachamama…
Pero volviendo al poncho, se piensa que se difundió su uso, por todo el imperio incaico, pues permitía soportar las inclemencias del tiempo, y las variaciones térmicas, en alta montaña.
La palabra “poncho”, sin embargo, sería de origen de otro pueblo originario, no de los incas, sino sería de origen araucano, con influencias mapuches, que se desarrollaron más al sur.
En la Pampa, los originarios, lo tejían con el hilo del guanaco, pero la influencia de los conquistadores europeos, hicieron que se adoptara la lana de la oveja.
Allí apareció, la tradicional y hermosa “guarda pampa”, grabados de arte rupestre.
Los ponchos sureños, de origen mapuche, tienen tonos rojos y azules, y sus caciques usaban ponchos especiales, con guardas en ángulo rectos, en forma de cruz.
Los pueblos del Gran Chaco sudamericano, los tejían en el telar a pedal, con ponchos de lana de oveja, y eran los wichis, tobas, mocovíes y chiriguanos.
En ellos se entremezclan raíces de los Andes, y del Amazonas.
En el siglo XVIII, en las Misiones Jesuíticas, en las fronteras de los actuales países, Argentina, Paraguay y Brasil, se confeccionaron ponchos de alpaca, lana de oveja o de vicuña, con arreglos de bordados y flecos.
Estas prendas se comenzaron a difundir por Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa, y en el siglo XIX, existieron los llamados ponchos “arribeños”, así denominados, pues provenían de las provincias del norte argentino, como Salta, Tucumán, Catamarca, Jujuy, o Santiago del Estero.
En Salta, el poncho colorado, con guardas negras nos remonta a las montoneras de Güemes, quien fue uno de los luchadores de la libertad de América, en nuestro país, y es venerado en el pueblo salteño, y respetado en el cono sur de América.
En los museos de Argentina, se exhiben los ponchos que han usado los personajes célebres, tales como Urquiza, San Martín y Mansilla.
Esta idea del poncho, se difundió a Europa, y desde 1825, se comenzaron a confeccionar en Inglaterra, ponchos de seda, sí, o de algodón, o de hilo o lana, con diseños que imitaban a los nuestros.
Por su relativo bajo precio, y con sus tramas apretadas, que impedían que el gaucho se mojase con el agua de lluvia, estas prendas, fueron muy populares en Uruguay, el Río de la Plata, y el sur de Brasil, con sus gaúchos, y su cultura.
El poncho, es un permanente invitado en las poesías, y en las obras de literatura, de los grandes escritores americanos, como en Argentina, por ejemplo Borges o Hernández.
Y en los cuadros y pinturas de las épocas, siempre se lo ha dibujado, con precisión, ejemplos serían las obras de Carlos Morel, o de Prilidiano Pueyrredón.
Y así el poncho, de prenda común, se destacó como verdadero símbolo de argentinidad, americanidad, y de identidad de la cultura del Río de La Plata.