www.encompaniadeladultomayor.blogspot.com.ar

sábado, 28 de febrero de 2015

EL PIE DE TRINCHERA.

EL PIE DE TRINCHERA Y MALVINAS:

Cuando por allá, en 1982, se desató el conflicto bélico en las islas Malvinas/Falklands, me recuerdo, nervioso, al lado de una radio, escuchando las informaciones, que algunas dejaban de ser veraces, pero que me angustiaban, ya que sentía dolor e impotencia ante esa realidad tan cruda de la guerra, que enfrentaba a muchachos jóvenes argentinos e inexpertos con las tropas de élite de Inglaterra.
Mi padre era correntino y yo simpatizaba y estaba muy consustanciado, con los jóvenes soldados que había enviado Corrientes, hacia esas rocas, que estaban en el océano, y que queríamos que fueran nuestras, realmente, como tantos años escolares, nos habían alimentado para ello.
Pero me llegó la información que nuestros soldaditos, estaban mal equipados, con malos calzados, para enfrentar el frío de la turba, y que no contaban con visores nocturnos, lo que hizo a la contienda un desarrollo inadecuado para nuestros planes.
Se explicaba, con dolor que esos visores nocturnos se compraban en tiendas, en el extranjero, y que eran muy comunes, y nuestro ejército, no sabía que era eso…
Pasaron, ya varias décadas, desde este triste episodio, en la historia de nuestra querida Argentina, y llegó, a mis manos un informe, de contenido médico, de Enrique Mariano Ceballos, y José Raúl Buroni, sobre la Medicina en la guerra de Malvinas.
Es de importancia, que el Teniente Coronel Médico Ceballos, fue Director del Hospital Militar de Puerto Argentino, y el también Teniente Coronel Médico Buroni, Profesor Adjunto de Cirugía, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Siempre destacan, los autores, tristemente, que el personal del Ejército Argentino, nunca fue ni organizado, ni equipado, ni aún instruido, para emprender las operaciones a nivel mundial.
La superioridad inglesa era manifiesta, por el dominio del mar, del techo aéreo, y para el combate nocturno. Que había ausencia de medios terrestres de transporte, en las islas, y los helicópteros, estaban muy restringidos.
El 5 de abril, se ordenó, al Director del Hospital Militar de Comodoro Rivadavia, trasladar todo su equipo y personal militar, para organizar un Hospital, en Puerto Argentino/Stanley.
El hospital, se ubicó a partir del 10  de abril, en un edificio, que había sido construido, inicialmente para hotel, y que por defectos edilicios, no se había habilitado…
Al 3 de junio, contó con 122 efectivos, de los que 45, eran médicos, 4 bioquímicos, 2 farmacéuticos, 26  enfermeros, y 25, eran soldados.
Hay un cuadro interesante de los autores, que quiero mostrar:
Personal médico por especialidad y por fuerza, que se envió:
Clínicos: 12(Ejército Argentino), 4 (Aviación) y 1 (A.R.A.)
Anestesistas: 6 (Ejército Argentino), 1 (Aviación) y 2 (A.R.A.)
Cirujanos Generales: 3 (Ejército Argentino), 2 (Aviación) y 2 (A.R.A.)
Traumatólogos: 4 (Ejército Argentino) 2 (Aviación) y 1 (A.R.A.)
Neurocirujanos: 2 (Ejército
 Argentino)
Cirujano Vascular: 1(Ejército Argentino)
Cirujano Plástico: 1 (A.R.A.)
Urólogo: 1 (Aviación)
Yo soy Médico, y aunque soy inexperto en Medicina bélica, he trabajado durante toda mi vida en un Hospital de Emergencias, siendo Jefe de Guardia y Cirujano, y creo que aquí se pueden manifestar algunos conceptos:
7 cirujanos generales, para este tipo de contienda ES UNA MISERIA, Y LO MISMO SE PUEDE DECIR DE SOLAMENTE 7 TRAUMATÓLOGOS.
En los ejércitos actuales, se tiene el concepto de la NECESIDAD DE PSIQUIATRAS en el frente directo de batalla, para actuar en la urgencia, y aquí esto no fue contemplado, no se llevó ningún psiquiatra…
Con la emergencia de las situaciones vasculares agudas, el haber llevado un solo cirujano vascular, es deplorable, basta recordar que el primer argentino que fallece, el teniente Giachino, lo hace por emergencia vascular…
El Hospital tuvo: 6  mesas de operaciones, 6  camas de cuidados intensivos, 5  camillas de reanimación, e internación para 70  pacientes.
El hospital actuó, hasta el 21 de mayo, día del desembarco inglés en San Carlos, y se cortó la evacuación, desde la isla Gran Malvina.
Los buques de la Armada, “Bahía Paraíso”, y “Almirante Irizar”, fueron nuestros buques-hospitales, y se denunciaron para ello.
Pero el inconveniente estaba en la evacuación de los soldados heridos, ya que el espacio aéreo fue rápidamente ganado por los ingleses, y no se podían usar adecuadamente los helicópteros, y en las islas no había caminos terrestres adecuados, haciendo que los heridos fuesen transportados, a pie, con lugares con elevaciones, que dificultaban el logro del objetivo.
En emergencias médicas, se habla de la HORA DORADA, que es el tiempo óptimo, para trasladar a un herido, desde la lesión, al Centro Médico, cosa que en Malvinas, con dolor y pesar, esto NO OCURRIÓ…
Desde su inicio, hasta el 16 de Junio, el total de evacuados, desde el Hospital Militar, en las islas, fue:
Heridos por arma de fuego: 361 (53.8%)
PIE DE TRINCHERA: 173 (25.8%)
DESNUTRIDOS: 14 (2.1 %)
Otras afecciones: 123 (18.3%)
Del Crucero ARA “General Belgrano”, tristemente hundido, fuera de la zona de exclusión, porque representaba una verdadera amenaza para los ingleses, hubo 770  sobrevivientes rescatados, con 299  desaparecidos, y 23 cadáveres rescatados.
De 21 de los 23 cadáveres rescatados, la causa de muerte fue la Hipotermia, y de los sobrevivientes, un 16 %, tenía lesiones térmicas, por frío.
Es de manifestar, que permanecieron en balsas, entre 40  y 44  horas…
Una consideración particular, fue que dentro de todas las heridas de arma de fuego, se destacan las autoinfligidas, con un total de 83, fundamentalmente en manos y pies.
Pero regresemos ahora al Pie de Trinchera, motivo del tema de este artículo.
Este nombre se dice que se originó en la Primera Gran Conflagración Mundial, ya que los soldados, permanecían sin descanso, en húmedas trincheras, durante semanas, con inmovilidad y frío.
El frío y la humedad eran terriblemente nocivos, ablandaban la piel, y se infectaban con facilidad, y si no eran atendidos adecuadamente, iban a la gangrena, con amputaciones, a veces progresivas.
Al utilizar, los soldados, botas muy apretadas, o impermeables, acumulaban sudor, y esto era contraproducente.
Si a ello le acompañamos, deshidratación, porque el agua no llegaba a tiempo, algún grado de desnutrición, pues no había comida suficiente, con calzado inapropiado y calcetines siempre húmedos, se estaba ante un problema mayor.
Se relatan tres etapas en la progresión de la enfermedad, la primera, un gran vaso espasmo de las arteriolas, y llevan menos oxígeno a los tejidos del pie.
Éstos se tornan fríos al tacto, con ligero edema, y piel reblandecida, las uñas pueden empezar a doler, y se puede instalar picazón.
En la segunda etapa: las células empiezan a dañarse, por carencia de oxígeno y nutrientes, y como los vasos se descongestionan, aparece edema y supuración, con hormigueos dolorosos, y si se recalienta el pie, se evidencian ampollas, y úlceras, con tejidos necróticos, no viables.
En los casos graves sobreviene la gangrena.
La tercera etapa: Puede ser prolongada, en semanas o aún meses, cuando desparecen las ampollas y el pie se vuelve normal, aumentando su transpiración, con picor, y parestesias.
El tratamiento consiste en secar los pies muy bien, lavarlos si estaban sucios, remojarlos en agua tibia, y siempre secado prolijo ulterior, y mantenerlos por encima de la línea del corazón, para disminuir los edemas, nunca se deben colocar frente a estufas ni hogueras, ni frotarlos, no se deben usar cremas o lociones, ni se deben reventar sus ampollas.
Se suministran antibióticos, calmantes y la inmunización contra el tétanos.
Los primeros casos, conocidos, ocurrieron a los soldados del ejército de Napoleón Bonaparte en 1812, durante el regreso de Rusia, y además de la Primer Guerra, hubo casos registrados en la Segunda, y en Vietnam.
En 1982, hubo casos registrados en tropas argentinas e inglesas en Malvinas, y se describieron casos en Festivales Musicales, con terrenos húmedos y fangosos, en el 2.009, y en el 2012.
Si bien el pie de trinchera, tiene que ver con el frío, hay que considerar, que hay millones de personas que viven en poblaciones con climas por debajo del cero, y no se afectan nunca.
Si existiese la posibilidad de alguna arteriopatía previa, esto perjudica notablemente la evolución y el abuso del tabaco es nocivo.
Un estudio de Summer, en Alaska, parece sugerir, que el grupo O es más susceptible, y menos el A o el B.
Y que los individuos de raza negra, son más susceptibles de contraer la enfermedad, ya que se demostró que los dedos de las personas de color, sumergidos en agua fría, se enfrían mucho antes que los de los blancos.
El alcohol es un franco elemento que favorece la pérdida de calor.
En la Isla Soledad, a Mayo 27 de 1982, había 8116 efectivos, y a 15 de junio de 1982 169 pie de trinchera.
En la Isla Gran Malvina: en 27 de mayo de 1982, había 1885, efectivos y al 15 de junio de 1982, 76  pie de trinchera.
Entre soldados: 144 bajas por pie de trinchera, suboficiales: 19 bajas, y oficiales, solo 1.
Las gangrenas en los dedos de los pies de los soldados, eran tremendas, con tejidos mortificados y negruzcos, que ensombrecían el pronóstico.
También hay casos en manos.
Pero hay que destacar un hecho importante, y a la vez muy triste, ya que la práctica no se extendió, por ineptitud o ineficiencia:
La compañía de Ingenieros 9, cuyo Jefe, ordenó medidas, para evitar en lo posible la humedad, en los pozos de zorro, como se llamaban a los pozos donde se asentaban las tropas argentinas, en un terreno sin árboles ni protección, y que realizaron la cubierta del pozo de zorro, íntegro con polietileno, e hicieron drenaje del terreno, NO SUFRIÓ CASOS DE ESTA AFECCIÓN.
Es muy triste saber que esta práctica no se extendió, pero es de saber que en la guerra, SIEMPRE, pasan estas incongruencias.
Lo último que me acabo de enterar, es que se está utilizando las propiedades antisépticas del cobre para fabricar calcetines, que usan tropas de varios ejércitos mundiales, para prevenir esta enfermedad, y aún se ha aprobado que los usen los astronautas de la NASA.
Quien iba a decir esto, pero el cobre se ha probado ser por ahora, el único elemento que es efectivo para combatir bacterias, virus y hongos, en los pies.
Es también utilizado, por su acción contra ácaros, y puede ser un actor eficaz en las mantas y abrigo de las camas, para evitar las alergias, tan molestas.
Su uso sería muy importante en el pie diabético, que padecen tantas personas en todo el globo.
Los calcetines, no presentan ningún tipo de rigidez, por el cobre, tienen que ser de buena textura, y se les incorpora el cobre entre sus fibras, pero muy pulverizado, a escala de micrón.
En el futuro, hay ofertas de ropa interior, con cobre, para tratar infecciones ginecológicas, impregnación del cobre en cepillos de dientes, para disminuir las afecciones odontológicas, impregnar los pañales, para disminuir las alergias, en bebés, y otras.
Es muy penoso enterarse, que primero hubo formas de evitar esta afección en los pozos de zorro, y NO SE APLICÓ, en todos, sino solamente en los que tuvieron un jefe inteligente.
Y también es triste saber que el cobre podría haber evitado las mutilaciones, en nuestros compatriotas, pero la vida fue así, y esperemos que en el futuro el Cobre siga sirviendo como antiséptico y antialérgico, a escala mundial.



     

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy interesante Julio.