UN ORFEBRE ARGENTINO.
Un orfebre argentino y su trabajo en el mundo:La historia de la orfebrería es sobre la evolución de este tipo de labor humana a través del paso del tiempo.
En la prehistoria, a finales del período neolítico, se encontraron piezas de cobre, sencillas, seguidas con el poco paso del tiempo, por obras ya en oro, plata y bronce.
Eran diademas lisas, brazaletes, o collares, sin faltar, por ejemplo, los anillos y aún pendientes.
Generalmente con ornamentaciones del tipo geométrico, dientes, circulillos, puntos hechos con martillo, y así.
También comenzó, la orfebrería, en armas, tales como flechas, espadas, y hachas.
Ya en las antiguas ciudades, se comenzaron a ver obras, más representativas, por ejemplo, de:
a)
Imperio caldeo, toscas estatuillas de
cobre, actual colección Sarzec, del Museo del Louvre.
b)
Imperio asirio, escenas marciales, y
victorias del emperador, en placas, ornaban puertas de jerarquía militar, en la
antiquísima Imgur-Bel, que se coleccionan hoy, en el Museo Británico, y se denominan
las Puertas de Balawat.
c)
Imperio persa: anillos, aritos, y dijes de
bronce, con incrustaciones áureas, revelados en Susa.
d)
En Egipto, desde su época predinástica, se
basó, con demasía, en el oro, para sus valiosos utensilios.
e)
Fenicios: Usaron metales nobles, junto a
piedras preciosas, y semipreciosas, y también esmaltes. Muchas obras en joyería,
que fue imitada, y tuvo piezas maestras, también.
f)
En lo llamado, prehelénico, se encontraron copas
de oro y plata, con muchas labores repujadas, y joyas, en Troya, y en Micenas.
g)
Período clásico, con Grecia: Alcanzó nivel
de Bellas Artes, con repujado, cincelado, y aún filigranado, pero los griegos
le añadieron, el granulado, con perlitas de oro.
En
la colección que Charles de Luynes, legó a la Biblioteca Nacional de París, está
la Pátera de Rennes, hallada en la población de ese nombre, un plato de oro
macizo, de 25 centímetros de diámetro,
con figuras cinceladas, y en su fondo, el triunfo de Baco sobre Hércules.
Así
siguió la historia, con fuertes raíces en el arte de este tipo de actividad
humana, y en nuestro país, Argentina, se destacan varios orfebres,
extremadamente virtuosos, pero hoy me voy a referir a Juan Carlos Pallarols…
Juan
Carlos, nació en Banfield, provincia de Buenos Aires, un 2 de noviembre de
1942, es un platero argentino, de renombre mundial.
El
Consejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires, lo designó Ciudadano Ilustre,
en el año 1996.
Su
abuelo fue José Pallarols, y su padre, Carlos Pallarols Cuni, reconocido
platero catalán, siendo que el Taller Pallarols, existió, desde el año, 1750.
Cuando
el ahora Santo, Juan Pablo II, vino a la Argentina, en 1982, y realizó su
recordada Misa por la Paz, Juan Carlos, le realizó un especial cáliz.
Participó
en exposiciones tanto nacionales, como internacionales, destacándose, París en
1984, Sevilla en el año 1992, París, nuevamente, en 1997, New York, 1988, y
Tokio, en el 1998, también.
En
el History Channel, presentó una serie de especiales televisivos, sobre los
cambios que produjo el oro en el hombre.
Juan
Carlos, ideó y trabajó, el bastón del Presidente Argentino, que trajo a nuestras
tierras, el regreso de la democracia: Raúl Alfonsín, a pesar del descontento de
la Casa Militar, que era donde se trataban, antes, todos los asuntos de
protocolo y ceremonial.
Juan
Carlos había antes, elaborado uno para Arturo Illía, pero éste no lo recibió,
pues con anterioridad, siempre los realizaba Luis Ricciardi.
A
partir de aquí, los bastones presidenciales, fueron repitiéndose, en la criolla
y noble madera de urunday, y como metal, la plata.
El
renombre de Juan Carlos fue tal, que el Vaticano, le encargó el cáliz papal,
para Benedicto XVI, y otro para el actual Papa Argentino, Francisco, de una
capacidad de un cuarto de litro, liso en su copa, con “nudo” en su pie, y fiel
a que en sus obras contribuyan muchas personas, Juan Carlos, hizo que más de
quince millones de personas lo improntaron también, con un ligero martillo de
4 gramos, sobre barniz de lacre…
Toda
esta explicación, relatada hasta ahora es de base para explicar, la noticia que
pude leer en el diario, del domingo 12
de octubre del año 2014: “Un orfebre argentino pone su sello en cuatro
torres de la Sagrada Familia”
Tal
vez sea, porque es de ascendencia catalán, o por sus antecedentes, lo cierto
que a Pallarols, lo han destinado ser el artífice de varias obras para
finalizar este colosal emprendimiento en la capital de Cataluña: Barcelona.
Se
cuenta que la gran Iglesia de La Sagrada Familia comenzó a construirse, nada
menos que en 1882, y se especula, que recién se va a terminar allá, por el 2026…
Y
Pallarols, será el encargado, y con enorme responsabilidad, de representar a
las torres de los cuatro Evangelistas, a San Juan, como un águila, a San
Marcos, como un león, a San Mateo, el ángel, y a San Lucas, el buey.
Según
la religión cristiana, a Juan, se lo representa como un águila, con su mirada
dirigida al sol, pues su evangelio se abre a la contemplación del Jesús-Dios.
El
Evangelio de Juan fue el último en aparecer, y no lo escribió, el propio Juan,
sino, sus discípulos, y siempre destacó: “Jesús conoce muy bien el interior del
hombre, no necesitaba que le informasen nada.”
Lucas
se simbolizó como buey o toro, porque él inicia, con la visión de Zacarías, en
el Templo, donde precisamente se sacrificaban, en ese entonces, bueyes. El
evangelio suyo, empieza y termina en el Templo.
Marcos,
se simboliza como un león, porque su Evangelio, inicia, con la predicación del
Bautista en el desierto, donde había animales salvajes. Este evangelio fue el
primero en escribirse, en la década de los años 60 después de Cristo. Era el texto de catequesis
para los que se iban a bautizar. La voz del león, simboliza, la voz de los
profetas, que denuncian la violación de los planes divinos, la injusticia, y
apunta a la novedad que traería Jesús.
Mientras
que Mateo, se simbolizó con el ángel, un hombre alado, pues su evangelio inicia
con la lista de antepasados de Jesús, el Mesías. Presentando a Jesús como hijo
de David, hijo de Abraham, y las mujeres importan mucho en su genealogía, con
Tamar, Rajab Betsabé, la mujer de Urías, y MARÍA.
Además
de representar a los cuatro Evangelistas en sus respectivas torres, Pallarols,
asumió otra responsabilidad: Tiene que hacer las constelaciones, con paneles de
tres por ocho metros, que ornarán las torres a unos 90 metros de altura, y
relata él mismo: “sí, serán montones de estrellas, que eran las que
antiguamente servían para orientarse”, con mucha emoción.
Calcula
que su trabajo le demandará al menos tres años.
Y
esta propuesta le llegó en un encuentro de arquitectos en la Universidad de
Buenos Aires, estando allí, Jordi Fauli, quien es el actual responsable de dirigir las obras
para la culminación de este magnífico monumento del gran Gaudí.
Pallarols
aclaró: “Gaudí, dejó todo por escrito, pero a partir de allí, uno puede soñar y
dibujar.”
Pero
Pallarols no descansa, y explicó también que sueña en colocar un Cristo, a
orillas del río Paraná, en Entre Ríos, de 45
metros de alto.
Es
maravilloso saber que un argentino es llamado a terminar una de las obras más
bellas, realizadas, en nuestra época, que no se caracterizó, por construir
Catedrales…
Cuando,
personalmente, recorrí hace ya años, la ciudad de Barcelona, paró el micro del
tour que nos hacía recorrer Europa, cerca de este colosal edificio.
Me
bajé, y contemplarlo, me pareció, que el tiempo se había detenido, solo estaba
la piedra y yo, pese a que se veía a las claras, que faltaban detalles, era tan
magnífico, que en un aislamiento casi total, y asombro, solamente atiné a
recorrerlo en su totalidad, y girar en su derredor. Cuando volví al punto de inicio, recién volví
a darme cuenta de la realidad que me abarcaba.
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