ARROJO FEMENINO.
PRIMERA MUJER EN ATRAVESAR LA ANTÁRTIDA EN
SOLEDAD.
Felicity Aston, gran aventurera británica, llegó al Polo Sur logrando convertirse en la primera mujer que cruzó la Antártida, esquiando en total y absoluta soledad.
La mujer de 33 años era metereóloga en la Antártida, y tiene antecedentes de importantes expediciones previas en el Ártico, el Desafío Polar, una carrera de resistencia de 360 kilómetros en el Polo Norte Magnético, recorrió también 700 kilómetros en el lago Baikal, en Siberia y cruzó Groenlandia.
No se trataba de ninguna novata, pese a su edad, ya que en Diciembre de 2009, con una expedición de mujeres de diversos países de la Commonwealth, ya había llegado por primera vez al Polo Sur.
Señaló que quiso ver como se las arreglaba, sola, y también pudo probar el límite de sus fuerzas, en un ambiente totalmente inhóspito.
Inició su viaje en el sitio denominado Glaciar Ross, de las Montañas Transatlánticas.
Tras 59 días de expedición, con dos trineos, sola y sobre esquís, recorrió 1.084 millas, 1744 kilómetros hasta la Bahía de Hércules, donde arribó el 22 de enero de 2012, por la tarde.
Su proeza, y no es para menos, la anunció a través de Twitter, y el mensaje decía: “¡!!Felicity ha llegado a su destino- la bahía de Hécules- después de 59 días!!! Felicidades a la primera mujer que cruza la Antártida EN SOLITARIO.Muy orgullosos.”
Luego Felicity agregó: “Sentada en mi tienda, en medio de la Bahía de Hércules, esperando un avión que venga a recogerme. Me han prometido vino tinto y una ducha caliente.”, cito por el diario La Nación, el lunes 23 de enero de 2012.
Poco antes de su llegada grabó un mensaje que decía que se sentía” increíblemente por terminar, pero también super triste de que se acabe.”
“Yo no soy una persona particularmente ganas de llorar, y sin embargo, cualquiera que ha estado siguiendo mis tweets me puede ver echarme a llorar.”
“Cuando vi las montañas de la costa que marcaron mi punto final por primera vez, Yo, literalmente, todo se detuvo secamente y mis ojos gritaron”, hizo un video del momento de su llegada donde dio rienda suelta a sus emociones, y sus lágrimas surcaron las mejillas y los labios que tenían pequeños puntitos minúsculos de hielo en ellos. “Todos estos días pensé que no había ninguna posibilidad de que iba a llegar a tiempo para hacer que el último vuelo de la Antártida, y sin embargo estoy aquí, con tres días de sobra.”
Tuvo el récord además de esquiar en solitario, utilizando solamente sus propios músculos.
Dijo que la soledad fue la que le planteó las mayores dificultades, ya que en un entorno tan extremo un minúsculo error le podría haber resultado fatal.
Cuando había llegado a una altitud importante, no podía encender su estufa, sin poder derretir la nieve para hacer agua, y así no poder beber, y el problema realmente fue serio, pero comenzó después a descender y sus encendedores de butano comenzaron afortunadamente a trabajar de nuevo. Ella llevaba además una pequeña caja de fósforos de seguridad, pero no los usó.
Ella llevaba dos teléfonos satelitales para comunicarse con su equipo de apoyo, y un dispositivo GPS que la ubicaba en todo momento.
Solo recibió suministros desde el aire en dos puntos concretos del recorrido, para no tener que sobrecargarse con el peso, siendo ésta la única ayuda externa que recibió.
El viaje de Aston ayudó a recaudar dinero para monumentos de los 29 británicos muertos en la Antártida desde la travesía de Scott.
Un avión la llevaría a Chile, el avión es de Rusia. Luego volaría a su casa, próxima a Kent, en el sureste de Inglaterra, según relataron ED Donahue en Washington DC, y Meera Selva en Londres.
Felicity Aston, gran aventurera británica, llegó al Polo Sur logrando convertirse en la primera mujer que cruzó la Antártida, esquiando en total y absoluta soledad.
La mujer de 33 años era metereóloga en la Antártida, y tiene antecedentes de importantes expediciones previas en el Ártico, el Desafío Polar, una carrera de resistencia de 360 kilómetros en el Polo Norte Magnético, recorrió también 700 kilómetros en el lago Baikal, en Siberia y cruzó Groenlandia.
No se trataba de ninguna novata, pese a su edad, ya que en Diciembre de 2009, con una expedición de mujeres de diversos países de la Commonwealth, ya había llegado por primera vez al Polo Sur.
Señaló que quiso ver como se las arreglaba, sola, y también pudo probar el límite de sus fuerzas, en un ambiente totalmente inhóspito.
Inició su viaje en el sitio denominado Glaciar Ross, de las Montañas Transatlánticas.
Tras 59 días de expedición, con dos trineos, sola y sobre esquís, recorrió 1.084 millas, 1744 kilómetros hasta la Bahía de Hércules, donde arribó el 22 de enero de 2012, por la tarde.
Su proeza, y no es para menos, la anunció a través de Twitter, y el mensaje decía: “¡!!Felicity ha llegado a su destino- la bahía de Hécules- después de 59 días!!! Felicidades a la primera mujer que cruza la Antártida EN SOLITARIO.Muy orgullosos.”
Luego Felicity agregó: “Sentada en mi tienda, en medio de la Bahía de Hércules, esperando un avión que venga a recogerme. Me han prometido vino tinto y una ducha caliente.”, cito por el diario La Nación, el lunes 23 de enero de 2012.
Poco antes de su llegada grabó un mensaje que decía que se sentía” increíblemente por terminar, pero también super triste de que se acabe.”
“Yo no soy una persona particularmente ganas de llorar, y sin embargo, cualquiera que ha estado siguiendo mis tweets me puede ver echarme a llorar.”
“Cuando vi las montañas de la costa que marcaron mi punto final por primera vez, Yo, literalmente, todo se detuvo secamente y mis ojos gritaron”, hizo un video del momento de su llegada donde dio rienda suelta a sus emociones, y sus lágrimas surcaron las mejillas y los labios que tenían pequeños puntitos minúsculos de hielo en ellos. “Todos estos días pensé que no había ninguna posibilidad de que iba a llegar a tiempo para hacer que el último vuelo de la Antártida, y sin embargo estoy aquí, con tres días de sobra.”
Tuvo el récord además de esquiar en solitario, utilizando solamente sus propios músculos.
Dijo que la soledad fue la que le planteó las mayores dificultades, ya que en un entorno tan extremo un minúsculo error le podría haber resultado fatal.
Cuando había llegado a una altitud importante, no podía encender su estufa, sin poder derretir la nieve para hacer agua, y así no poder beber, y el problema realmente fue serio, pero comenzó después a descender y sus encendedores de butano comenzaron afortunadamente a trabajar de nuevo. Ella llevaba además una pequeña caja de fósforos de seguridad, pero no los usó.
Ella llevaba dos teléfonos satelitales para comunicarse con su equipo de apoyo, y un dispositivo GPS que la ubicaba en todo momento.
Solo recibió suministros desde el aire en dos puntos concretos del recorrido, para no tener que sobrecargarse con el peso, siendo ésta la única ayuda externa que recibió.
El viaje de Aston ayudó a recaudar dinero para monumentos de los 29 británicos muertos en la Antártida desde la travesía de Scott.
Un avión la llevaría a Chile, el avión es de Rusia. Luego volaría a su casa, próxima a Kent, en el sureste de Inglaterra, según relataron ED Donahue en Washington DC, y Meera Selva en Londres.
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