Bellezas de Ecuador:
La ciudad de Baños de Agua Santa, localizada a unos
190 kilómetros, de Quito, capital
ecuatoriana, es una de las regiones más hermosas de este país andino, con sus
bellísimas cascadas, junglas, y zonas de volcanes, todo a una temperatura de 20
grados centígrados, durante casi todo el año, en promedio.
Se la conoce como “La puerta del Dorado”, o también
“Pedacito de cielo”, y es un verdadero secreto, muy bien custodiado.
Están cerca los Parques Sangay y Llanganates, ubicados
en los flancos del cantón Baños.
Se abre un hermoso y verde valle volcánico, del
Tungurahua, y se pueden realizar actividades termales, y todo tipo de deportes,
para los más aventureros (escalada, mountain bike, canyoning, parapente, y
rafting.)
Está surcada por hermosos ríos, el Ulba, el Bascún, y
el Pastaza.
Es de destacar el sendero para caminar, que lleva al
Mirador de Bellavista, con hermosas vistas del sitio y del volcán Tungarahua.
Hay poblados, con encantos especiales, como Runtún,
Panticucho, y Ventanas.
Se podrá encontrar el llamado tomate de árbol, un fruto
con un sabor similar, pero más dulce.
Para relax, los Baños Termales de Agua Santa, con sus
dos piscinas calientes, y pileta recreativa con toboganes.
Baños, también es un centro de peregrinación religiosa,
ya que sus manantiales termales, se asocian con “curas milagrosas”, por
influencia de la Comunidad Dominica, asentada, hace mucho tiempo, en esta
región.
Los antiguos habitantes de la región, hablaban las
lenguas Panzaleos y Puruhaes, todo lo que se denominaba, en la antigüedad, el
Valle del Ipo. También había del grupo étnico, quichua.
Hay narraciones de 1541. Aparentemente Álvaro Guerrero,
construyó una ermita a la Virgen, que es muy famosa, iniciando su culto en la
región.
Una nueva iglesia se construyó con cal y piedra, en
1788. Hay datos escritos de una erupción volcánica del 4 de febrero de 1773.
En 1585, religiosos y encomenderos se dedicaron al
añil.
Volviendo a este lugar tan acogedor, también se puede
optar por la bicicleta, con hermosos senderos, con vistas del valle, acompañado
por nubes encajonadas y bellas cascadas.
Hay también un modesto telesférico, que acerca hacia la
caída de agua, llamada Manto de la Novia.
Más adelante, siempre en bicicleta, se puede acceder a
otra cascada impactante: el Pailón del Diablo.
Otra opción es caminar por el paseo turístico del río
Puyo, hasta un Parque Etno-botánico, Omaere, fundado en el año 1993, por una
integrante de la cultura Shuar, y dos francesas, y consta de unas 15 hectáreas, donde abunda una flora muy
interesante, de donde, los originarios de esta región, obtienen medicamentos,
alimentos, y hasta con fines religiosos, plantas como la cebolla de monte, o
Eucharis sp, y la Ayahuasca, Banisteriopsis caapi, y otras muchas.
En Omaere, se brindan caminatas guiadas por nativos y
biólogos.
El volcán Tungurahua, de 5029 metros sobre el nivel del
mar, es, junto a Cotopaxi, Reventador, y Sangai, de los más activos en el
Ecuador.
Hace unos días vi por televisión, en canal cultural,
como, en arriesgada, y quizás extrema aventura, un grupo de biólogos, escaló el
Reventador, para colocar sensores sobre la cima del volcán. Lo más difícil les
resultó cruzar el parque de rocas volcánicas, que se desplazaban y podían
ocasionar daños potenciales…
El país cuenta con cincuenta volcanes. Hay tours, para
contemplar su magnitud, en toda su naturaleza y esplendor.
La localidad de Baños de Agua Santa, cuenta con
restaurantes italianos, como, La Bella Italia o Pappardelle, y si no,
franceses, como Le Petit Restaurant.
Hay también opciones culinarias, de España, Suiza,
Alemania, México o Japón.
Un postre local, se llama “melcocha”, y consta de dulce
de miel de caña de azúcar, y se elaboran artesanalmente en las calles, en forma
de caramelo, alargado y retorcido.
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