GENERAL MANUEL BELGRANO (2)
General Don Manuel Belgrano: Protagonista de la Educación Americana:Dr. Julio Abellan (h). Patricio Pulega.
En el CORREO DE COMERCIO, del cual era Director, en Buenos Aires, en julio de 1810, redactó: “séanos lícito aventurar que es más necesaria la atención de todas las autoridades para los establecimientos de enseñanzas de niñas, que para fundar una Universidad. Con la Universidad(...)habría aprendido algo de verdad nuestra juventud en medio de la jerga escolástica, y se habría aumentado el número de nuestros doctores, ¿pero equivale esto a lo que importa la enseñanza de las que mañana han de ser madres?”(...) Es indudable que no, y para prueba, no hay más que trasladarse a donde hay Universidades, y no hay quien enseñe al bello sexo”.
El periódico, Belgrano aceptó su creación en 1809, auspiciado entonces por el Virrey Cisneros, y apareció por primera vez en enero de 1810.
De sus primeros 7 artículos publicados en el semanario, 3 de ellos eran sobre la educación, siempre eran los más extensos.
“No es fácil corresponder en que ha podido consistir, ni en que consista el fundamento más sólido, la base, digámoslo así, y el origen verdadero de la felicidad pública, cual es la EDUCACIÓN, se halla en estado tan miserable, que aún en las mismas capitales se resientan a su falta (...) A la falta de estos establecimientos debemos atribuir los horrores que observamos”.
“¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el gobierno reciba el futuro de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos”.
“Se deben poner escuelas GRATUITAS, para las niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles AMOR AL TRABAJO, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres”.
“Sin EDUCACIÓN, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”.
En Potosí, el 10 de julio de 1813, en carta a Teodoro Sánchez de Bustamante, Secretario General del Ejército del Norte, le solicita la inscripción en el Escudo fundado por él, y dice: “Dejé pintándose las armas para la puerta de la escuela. La inscripción que debe ponerse alrededor de ellas es la siguiente: “Venid que de gracia se os da el néctar agradable y el licor divino de la sabiduría”.
Haga usted que el pintor ponga, y que se coloque según mis deseos. Cada vez anhelo más por la apertura de estos establecimientos, y por ver sus resultados, PORQUE CONOZCO LA FALTA QUE NOS HACEN”.
La educación fue una de sus primeras preocupaciones: por ello elaboró mientras estaba en España un plan con ideas avanzadas para su época, que chocó con los intereses de la Corona Española.
De todos modos obtuvo logros importantes como la fundación de la Escuela de Náutica y la Academia de Geometría y Dibujo.
También durante esa época, del Consulado, abogó por la creación de la Escuela de Comercio y la de Arquitectura y Perspectiva.
Su motivación para crear la de comercio, era que consideraba que los comerciantes, como él había mencionado no tenían sólo que comprar por dos y vender por cuatro, que es lo que hacían todos, sino que también debían obrar en beneficio de su tierra.
Con las Escuelas de Dibujo y Náutica pretendía fomentar en los jóvenes, profesiones honrosas y lucrativas.
Las últimas escuelas las hacía funcionar en un mismo local, contiguo al Consulado, para que el prócer las pudiese controlar.
Estas escuelas operaron durante 3 años, y fueron cerradas en 1803 por orden de la Corona española, en particular del ministro Manuel Godoy, quien las consideraba un lujo innecesario para una colonia.
Belgrano consideró que el impulso educativo:” no podía menos que disgustar a los que fundaban su interés en la ignorancia y el abatimiento de los naturales”.
“Es bueno mantener la gran masa del pueblo en la ignorancia, idea que aunque no fuera indigna del hombre, se opone directamente al verdadero interés del soberano (...) Ése es uno de los objetivos más importantes del gobierno. Vasallos dichosos y SOBERANO PODEROSO, son los resultados del estado actual de las escuelas públicas, y de la educación lugareña, que después de mil ensayos, se han establecido en varias provincias de Alemania, Suecia, Inglaterra (...) Por este medio se logran en la gran masa de una nación costumbres sanas”.
En su Primera Memoria Consular, ya como Secretario de Comercio, Belgrano, en 1796 proponía la creación de siete tipos de establecimientos educativos:
Una Escuela de Comercio.
La Escuela de Náutica, creada en 1799.
La Academia de Geometría y Dibujo, creada también en 1799.
Escuelas Agrícolas.
Escuelas de Hilanza de Lana y Algodón.
Escuelas Primarias Gratuitas y Obligatorias en todo el reino.
Limitó los castigos corporales en educación, que eran hábito arraigado en la sociedad de esa época.
Pero lo importante fue que eliminó la humillación pública del alumno incorregible, por considerarla contraproducente e innecesaria. No podía haber castigos en público.
Con lo concerniente a la Escuela Primaria relató: “Si por desgracia una sola de éstas (las maestras) hay que sea de malas costumbres, ¿es dable hacer el cálculo de los males que pueden resultar a la sociedad? Porque desengañémonos, el ejemplo... si, el ejemplo es el maestro más sabio para la formación de las buenas costumbres”.
De la Educación Terciaria o Técnica decía que: “Una especulación mal hecha puede traer consecuencias muy funestas al comercio de una provincia y de toda una nación (...) ¡Qué de perjuicios para un país agricultor y comerciante!
¿y que modo de prevenirlos? La extensión de conocimientos (...)que ni el labrador ni el comerciante ni el artista ignoren que les corresponde...”.
En su primera memoria alertó a sus oyentes sobre el tema de las escuelas gratuitas a aquellos hombres y mujeres que, por oposición, hubiesen mostrado su habilidad y cuya conducta fuese de público y notorio irresponsable.
Por sus victorias de Tucumán y Salta, la Asamblea de 1813, le otorgó como premio 40.000 pesos fuertes, equivalentes a casi 80 kgr. de oro, una cifra harto generosa, a lo que Belgrano respondió que prefería ser un buen hijo de la Patria, más que un Padre de la misma, y expresó que el dinero de tal premio fuera dedicado para la construcción de Escuelas estatales y gratuitas en la ciudad de Tarija, actual Bolivia, en Jujuy, en San Miguel de Tucumán y en Santiago del Estero.
En su donación propuso que el mecanismo de elección de los maestros, debía estar basado en el mérito. Por ejemplo, en cuanto a la Educación Primaria escribió que “la provisión de escuelas se hará por oposición”, y pasaba a establecer con minuciosidad el procedimiento que la regularía. En el artículo siguiente, en el cuarto dice: “Cada tres años, podrá el ayuntamiento abrir una nueva oposición, y convocar opositores si los tuviesen, por convencimiento o hubiese proporción de mejorar al Maestro. El que ha servido o desempeñado la Escuela en igualdad de mérito y circunstancias deberá ser preferido”.
“El maestro procurará con su conducta, y en todas sus expresiones y modos, inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la Religión, consideración y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud, y a otras ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, desapego al interés, desprecio(...) al lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y a un espíritu nacional que les haga preferir el bien público al privado, y estimar en más la calidad de Americano que de extranjero”.
También decía: “¿Qué modo de prevenirlos? La extensión de conocimientos, la ilustración general, el que las luces se difundan por todos, que todos se instruyan, que adquieran ideas, que ni el labrador, ni el comerciante, ni el artista ignoren lo que les corresponde, que unos y otros procuren no apegarse tan íntimamente a los pensamientos de sus antepasados, los cuáles sólo deben adoptarse cuando convienen y cuando no, desecharlos y abandonarlos: que lo que fue útil en otro tiempo, hoy es perjudicial; las costumbres varían; los usos igualmente; y todo, de tiempo en tiempo, cambia, sin que en esto haya más misterio, que el de la vicisitud de las cosas humanas”.
En total dedicó 3 Memorias exclusivamente a fomentar la Educación Terciaria o Técnica:
16 de junio de 1800 “Utilidad, necesidad y medios de erigir un Aula de Comercio en general donde se enseña metódicamente y por Maestría, la ciencia de Comercio en todas sus ramas”, esta Memoria hasta la fecha no fue hallada.
14 de junio de 1802:”Establecimientos de fábricas de curtiembre” La clave estaba en traer de Europa a maestros curtidores, o a enviar a seis estudiantes a capacitarse en ese oficio.
16 de junio de 1806: “Fomento de la Agricultura en Establecimiento de Sociedad y Escuelas de sus enseñanzas.” Defendió la enseñanza de las Matemáticas en todos los ramos del saber.
“Escribí varias memorias sobre la planificación de escuelas: la escasez de pilotos y el interés que tocaba tan de cerca de los comerciantes, me presentó circunstancias favorables para el establecimiento de una escuela de matemáticas, que conseguí a condición de exigir la aprobación de la Corte, que nunca se obtuvo y que no paró hasta destruirla; porque aún los españoles, sin embargo de que conociesen la justicia y utilidad de estos establecimientos en América, francamente SE OPONÍAN A ELLOS, errados, a mi entender, en los medios de conservar las colonias.
No menos me sucedió con otra de diseño, que también logré establecer, sin que costase medio real al maestro. Ello es que ni éstas ni otras propuestas a la Corte, con el objeto de fomentar los tres importantes ramos de agricultura, industria y comercio, de que estaba encargada la corporación consular, merecieron la aprobación; no se quería más que el dinero que produjese el ramo destinado a ello; se decía que todos estos establecimientos eran de lujo y que Buenos Aires todavía no se hallaba en estado de sostenerlos.
En los ratos que con bastante apuro me dejaban mis atenciones militares (decía Belgrano, en ese entonces en campaña por el Norte) para el apresto de todo, disciplina del ejército, sus subsistencias y demás, que todo cargaba sobre mí, hice delinear el nuevo pueblo de Nuestra Señora del Pilar de Curuzú Cuatiá; expedí un reglamento para la jurisdicción y aspiré a la reunión de población, porque no podía ver sin dolor, que las gentes de la campaña viviesen tan distantes, unas de otras, lo más de su vida, o tal vez, en toda ella, estuviese sin oír la voz de su pastor eclesiástico, fuera del ojo del juez y sin un recurso para lograr alguna educación”.
El Reglamento para los Naturales de Misiones, dictado por el General Don Manuel Belgrano, el día 30 de diciembre de 1810: Fueron hasta el trigésimo, pero hacemos mención de tres :
El 8vo., habla de vender a los españoles la suerte que desearen en el pueblo, después de acomodados los naturales.
En el 9no., decía que es posible arrendar a precios acomodados, con destinos de huertas o de otros sembrados que más les acomodase, los terrenos del pueblo.
En el decimotercero: El fondo que se ha de formar con los artículos 8vo., y 9no., no ha de tener otro objeto que el establecimiento de escuelas de primeras letras, artes y oficios, y se han de administrar sus productos después de afincar los principales como dispusiera la Excelentísima Junta o el Congreso de la Nación, por los Cabildos, de los respectivos pueblos, siendo responsables de mancomun y insclidum los individuos que las compongan”.
Durante la expedición al Paraguay, Belgrano tuvo oportunidad de descubrir cómo vivían las poblaciones que fue encontrando en su camino., en los territorios de la actual provincia de Misiones y por la República del Paraguay. Observó el estado miserable de estos pueblos y para ello elaboró este Reglamento.
FUENTES DOCUMENTALES:
Epistolario Belgraniano, María Teresa Piragino. Taurus 2001.
Manuel Belgrano. Autobiografía. En Memorias y Autobiografías, Edición del Museo Histórico Nacional. Tomo III. Buenos Aires, 1910.
Félix Luna Julio 2004 “Una educación ilustrada” Grandes protagonistas de la historia argentina: Manuel Belgrano 1ra. edición. Buenos Aires.
Belgrano, Manuel: Correo de Comercio, el 21 de junio de 1810. En Escritos Económicos. Biblioteca del Oficial. ED. Circulo Militar.
Encuentro. Espacio docente: Ideas para el aula.
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