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viernes, 4 de noviembre de 2022

Un francés, nada menos, que el "PADRE DE LA CIRUGÍA":

 

Ambrosio Paré:

Fue una gran personalidad en Francia, para mí, toda una vida en la técnica quirúrgica, aún en Emergencias, he aprendido que, a Ambrosio, hijo de artesano y de una artista, se lo denomina el Padre de la Cirugía…

Se inició como cirujano-barbero, como era en su tiempo.

A sus 17 años, ingresó al Hospital de París, que se fundara por el siglo VII, y trabajó, entre los años 1533 y 1536. Allí, las operaciones, se hacían en los pasillos, entre los pacientes, mezclados, varones y mujeres, todos igual…

Las condiciones de higiene eran pésimas, por ignorar conocimientos, y la cirugía era muy poco prestigiada, en el siglo XVI…

En 1536, fue contratado, como cirujano militar, en las tropas francesas, en campañas hacia Italia.

En ese entonces, las armas de fuego se debían disparar muy de cerca, por su corto alcance, y por ello, las heridas, estaban siempre rodeadas de bastante pólvora.

Los cirujanos que seguían los libros de Galeno, este autor, no habló de heridas de arma de fuego.

Y, al ver la pólvora, interpretaban que las heridas eran -venenosas-

Lo que recuerdo, es que una vez, estaba en una batalla, creo Vilaine, atendiendo heridos, en su época, y en ese entonces, reitero con énfasis, se pensaba, en el arte médico, que las heridas de arma de fuego, eran nada menos que “venenosas” y por ello se quemaba sus orificios con aceite de saúco, hirviendo…

Pero, a Ambrosio, se le planteó, un gran dilema, un verdadero e intenso problema, pues se le había acabado el aceite para quemar las heridas, y en toda su noche, al no poder aplicar este elemento, que él pensaba -curativo- no pudo conciliar el sueño, por su propia responsabilidad, de no poder ayudar.

Pero al recorrer a sus pacientes, los que no les había colocado el aceite hirviendo, estaban mejor, que a los que había tratado, y se dio cuenta, del error, que estaba cometiendo, por pensar y seguir la corriente de ese entonces, de que las heridas de arma de fuego, eran del tipo de venenosas, y debían quemarse…

Y, entonces, creó una solución, nueva con trementina, aceite de rosas, y yema de huevo, que demostró ser de valía.

También en ese entonces, las amputaciones, se cauterizaban con hierro al rojo, pero a veces sangraban y morían los heridos, y Paré, instauró la ligadura de los vasos, que fue un avance tremendo en esa época de conflictos bélicos permanentes…

Así, con un error, que le ayudó, por su tremendo carácter, y por sus ideas, logró descollar, en su época.

En Argentina, mi país, una Institución, está celebrando sus 200 años de su creación, la Academia Nacional de Medicina, y dentro de sus tesoros incunables, que cuenta, y a veces olvidados, en la historia, hay uno que atrapó totalmente mi atención: del año 1500, de Vesalio y Paré, precisamente, quienes, intentaron atender, a nada menos, que al Rey Enrique II, aunque Vesalio, llegó más tarde, y el Rey, que tras la muerte de su hermano, pasó a ser Delfín y Duque de Bretaña, y al fallecimiento de su padre, heredó, el trono de Francia, la fatalidad, hizo, que en justa “deportiva”, en la boda de su propia hija con el Felipe II de España, una lanza de su oponente, Gabriel de Montgomery, capitán de la Guardia Escocesa del Rey, le atravesó, su ojo izquierdo, el oído y el cerebro…

En ese instante, los máximos representantes del arte médico, en ese sitio y tiempo, Vesalio Y Paré, desearon atender al monarca, y así, como Paré, fue de la Cirugía, Vesalio, la posteridad le dio el título de Padre de la Anatomía humana…

Ambrosio, fue autorizado, a reproducir, la herida, en condenados decapitados, para saber, y cómo, poder curarla…

El Dr. Juan Antonio Mazzei, presidente electo de la Academia, explicó, a la periodista Jimena Barrionuevo, de la revista Viva, que fue la primera vez en toda la historia, que se unió, la medicina tradicional con la cirugía…

 

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