MISTERIOS EN LA PATAGONIA:
El llamado “monito del monte”, simpático animalito
nocturno, que no tiene nada que ver con los simios, sino que es un antepasado,
aún viviente, de los marsupiales, y su hábitat está en la Patagonia, sale,
precisamente a alimentarse, en la oscuridad de la noche, y busca los frutos de
una especie llamada quintral, que a su vez, lo necesita imperiosamente, para
poder diseminarse…
El monito del monte, llamado también kongoy-kongoy,
kunuuma, o huenukiki, en idioma mapuche, y colocolo oposum, en inglés, es un
marsupial pequeño, pero clave en la ecología del bosque andino patagónico, y se
encuentra en peligro de extinción.
Reitero, que pese a su nombre no es mono, ni simio,
sino un mamífero marsupial antiquísimo, que precisamente tiene al canguro, como
miembro más desarrollado, en la actualidad en la isla continente de Australia.
Este monito del monte, habita en los Parques Nacionales
de Argentina: Lanín, Nahuel Huapi y el de Los Alerces…, y se ha comprobado que
tiene afinidad genética importante con los marsupiales australianos…
Seis semillas de plantas importantes, las dispersa,
únicamente este pequeño marsupial nocturno.
Y en lo que concierne precisamente al llamado quintral,
una planta que parasita otros árboles, es fundamental. El quintral genera
frutos con semillas pegajosas, unas bayas, que son las preferidas del monito
del monte.
Algunas semillas del quintral, el monito las puede
lograr escupir y descartar, y éstas son inútiles para la planta, pero las que
ingresan con la parte carnosa del fruto al aparato digestivo de este mamífero
marsupial, al defecarlas, se rodean de algo, muy pegajoso,
que precisamente, es lo que le sirve a las semillas del
quintral, para adherirse a las ramas de los árboles, que va a parasitar, y así,
iniciar su crecimiento…
El quintral o Tristerix corymbosus, es un arbusto, semi-parásito, que
busca las ramas de otros árboles, para su apoyo.
Debilita la planta en la que se apoya, y también tiene
su hábitat en la Patagonia.
Tiene unas flores de color rojizo intenso, en racimos
de hasta unas veinte, y ellas, además atraen a los colibríes, que se alimentan
de su néctar, y además ayudan en su polinización.
Además, se lo puede conocer, en Argentina o en Chile,
como quitral, cutral, ñipe o liga. En idioma de originarios: cucral.
La familia de los Trochilidae, o llamados Picaflores, o
Colibríes, son exclusivos del continente americano.
Se encuentran entre las aves más pequeñas del mundo, y
algunas casi llegan a unos 6 centímetros.
Lo que los caracteriza es su aleteo, sumamente veloz,
pudiendo llegar hasta unos 80 aleteos, en cada segundo…
Su corazoncito, late muy rápidamente, y se asemeja, en
algo al ritmo cardíaco, de nuestros embriones pequeños, llamado ritmo
embrio-cárdico.
Introduce su piquito en las flores del quintral, y con
su lengua afinada, logra extraer el néctar que necesita para vivir.
Son muy territoriales, y pese a su pequeño tamaño, se
pelean entre ellos, fieramente, por defender, la fuente de su alimento.
Después de libar el néctar, en su cabecita y cuerpo, se
adhiere el polen, que fertilizará otras plantas de quintral, cuando vaya en
busca de ellas, nuestro colibrí austral.
Así observamos con sorpresa, la relación de los
colibríes, aves preciosas, el monito de monte, y la planta semi-parásita
quintral, todo ello, en el bosque patagónico.
Cada actor, es fundamental, en estas relaciones
ecológicas, que mantienen un entorno prístino, y digno de conocer…
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