CASABINDO- JUJUY- ARGENTINA:
A unos 150
kilómetros, de la hermosa Quebrada de Humahuaca, en la bella provincia
de Jujuy, hay un pueblo peculiar, en el Camino del Inca, hacia el país vecino,
Chile.
Los españoles no
se quedaron allí, pero nos dejaron una idílica iglesia: “La Catedral de la
Puna”, en el año 1690, que cuenta con pinturas de la llamada escuela de Cuzco.
Todos los quince de agosto, de cada año, se realiza
allí, una ceremonia especial, una fiesta singular, en todo el país, es el único
lugar, donde año tras año, se practica el toreo, en Argentina, pero con una
particularidad local: no se lastima ni mata al toro, sino que simplemente se le
coloca una adornada vincha entre sus cuernos, y el juego consiste en torear,
hasta poder lograr, arrebatarle la preciada vincha al toro, y entregársela,
como ofrenda a la Virgen…
Están acompañados por bandas de sikuris, y todos
participan del jolgorio, denominado, el Toreo de la Vincha, en honor
precisamente a la Virgen de la Asunción.
El sikus es un instrumento musical, de los pueblos
andinos, que en el idioma aimara, significa: “tubo que da sonido”, tiene dos
hileras de tubos de caña, de diferentes magnitudes, el arca con siete, y el ira
de seis, es de origen antiplánico preincaico.
Cuando estuve en la Puna, personalmente, un ejecutante
norteño, me explicó “poéticamente”, que había dos filas de tubos, unos más
pequeños adelante, que representan a la mujer, y otros más grandes atrás que
representan al hombre, y que por caballerosidad masculina, los tubos de la mujer
se colocan delante…
Es el pueblo de Casabindo, donde existe un sincretismo
entre lo americano pre-conquista europea, y lo español, y donde el acto de
valentía de presentarse simplemente frente al toro, con una pequeña y rústica
capa, genera la alegría de este pueblo jujeño, y de los turistas, que
permanentemente lo visitan.
Algunos interpretan que este tipo de actos tiene que
ver, con una cierta reivindicación profunda de lo aborigen, sobre lo español de
conquista, son opiniones, lo cierto que existe en todo el noroeste argentino, y
es digno de conocerlo, una verdadera fusión de ideas y creencias precolombinas
y de la religión cristiana…
Casabindo, queda a poco más de dos horas, desde
Tilcara, y en la feria, hay puestos de comidas, souvenirs, y artesanías
regionales.
Desde los pueblos cercanos, se traen imágenes de la
Virgen, al sitio.
Es sencillamente emocionante, presenciar la devoción a
la Virgen, con cantos y utilizando sus sikuris…
Precisamente, el 15 de agosto, se festeja de esta
manera, la Fiesta de Asunción de la Virgen.
La fiesta completa, dura un par de días, y se arrean
los animales, que se encuentran en los cerros, que van a un corral, al lado de
la Iglesia.
Basta con anotarse, para tener la oportunidad de
participar en el toreo, y de sacar la vincha colorida, de los cuernos
amenazantes del toro.
También se pueden ver ceremonias, como el entierro de
la Pachamama, las procesiones de los vecinos, con sus imágenes, traídas de
lugares más lejanos, o la llamada “danza de los emplumados”…
Se debe aprovechar, para disfrutar de las comidas
locales, como cabritos acompañados con papines y mote, el maíz banco grande…
Cerca de Casabindo, hay otro pueblo, llamado Abdón
Castro Tolay, donde se puede visitar unos petroglifos antiquísimos.
Csabindo, por supuesto, es un sitio muy humilde, y
algunos turistas ven imágenes de juegos infantiles rotos, y de pobreza, que no
opaca la alegría por esta hermosa Fiesta.
Es un pueblito, de unos 500 habitantes, que llega a unos 20.000, durante
las celebraciones…
Es interesante, hacerse de un día, para visitarlo, en
agosto, si uno está de visita en la Puna Jujeña…
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