7 DE ABRIL: SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE-
Personalmente como La Sallano, me enorgullece, que
precisamente, hoy se festeje la vida de este santo, gracias a quién, como
tantos otros niños, en todo el mundo, me eduqué en el primario, en mi ciudad de
Rosario, Argentina.
San Juan Bautista, fundador entonces, de los Hermanos
de La Salle, Patrono de los Educadores Cristianos, se preocupó, en su tiempo
por la enseñanza gratuita, y que padres y alumnos vieran a Cristo, en el centro
de sus vidas.
Nació en Reims, Francia, el 30 de abril de 1651.
Nació en una familia rica, y su papá era Magistrado de
la Audiencia, y recibió a sus 11 años, la tonsura, y a sus 16 años, se lo nombró Canónigo del Cabildo de la
Catedral.
Estudió en el Colegio Bons-Enfants, y su papá quería
que optase por el Derecho, pero quiso ser sacerdote.
Su padre lo aceptó, ante la profunda decisión del
santo.
Se graduó como Maestro en Artes, e ingresó al Seminario
de San Suplicio, de París.
Dicen que siempre, fue agradable y observador de las
reglas, durante sus estudios.
Al fallecer su padre, quedó, como administrador de las
propiedades.
Por ello, tuvo que abandonar el Seminario.
Lo aconsejó muy bien, Nicolás Roland, Canónigo y
Teólogo de Reims, en épocas de dudas y de menosprecio de su propia persona.
En 1678, recibió el sacramento del Orden. Dos años
después, fue Doctor en Teología.
Funda su primer escuela, y en forma inesperada, se hizo
cargo del avituallamiento, de una congregación de fe, femenina.
Le interesaron, los muchachos de zonas marginales, sin
acceso a una educación, que sonreía, solo a los hijos de los acaudalados…
Quiso restituirles, su dignidad, perdida, para que
vuelvan a sentir lo que es ser confiables, ante los ojos de sus pares…
Dejó a sus familiares, y comenzó a convivir con un
grupo de docentes.
Y se dio cuenta de los defectos, que tenían en su
formación, esos docentes.
En el año 1680, les proporcionó una sólida educación
integral, con profundas bases cristianas, a los que cobijó, en su propia casa.
En 1863, renunció a la Canonjía.
Y decidió repartir su fortuna entre los más
necesitados.
En 1864, comenzó, con su Fundación, el Instituto de
Hermanos de las Escuelas Cristianas, Hermanos de La Salle.
Con la mirada, puesta en lo Divino, les inducía a actuar
en el día a día.
Su modelo fue el Padre Barré.
San Juan Bautista, siempre aseveró que la idea de la
Obra, no fue suya…
Nunca pensó, en la relevancia que iban a adquirir sus
gestos iniciales, y se admiró, siempre por ello.
Siempre confió en la Providencia…
Sufrió mucho, y pensó, al fallecer, Henri L’Heureux,
pronto a la ordenación, que su Fundación, no debía estar dirigida por
sacerdotes.
Al abrir la escuela, fue su idea, la de instalar la
gratuidad, para todos.
Esto chocó con muchos intereses, en esa época…
Es ese entonces, se usaba la enseñanza individualizada,
un alumno, con un docente, pero La Salle instauró la enseñanza, todos juntos y
a la vez.
Se miró con recelo y oposición este singular proyecto,
aún en medios eclesiales.
El santo, organizó escuelas, para jóvenes, que habían
delinquido, para lograr reinserción social.
Escribió muchas cosas, sobresaliendo “La guía de las
escuelas cristianas”, considerado en un brillante texto pedagógico del siglo
XVII.
También: “Meditaciones”, de valor muy alto, para los
educadores cristianos.
Falleció en Saint Yon, cercano a Rouen, el 7 de abril
de 1719.
León XIII, lo beatificó el 19 de febrero de 1.888 y lo
canonizó, el mismo Papa, el 24 de mayo del año 1900.
Los cien Hermanos iniciales, son hoy más de 5.900, y las
58 escuelas abiertas en esa época, hoy
conforman 1021, centros educativos por doquier, en el globo.
Unos 75.000 profesores, distribuidos en unas, 82
naciones…
23 en África, 22 en América, 16 en Asia, 18 en Europa y
una 3 en Oceanía.
Como La Sallano, me siento muy orgulloso, que la vida,
la Providencia, y mis padres, hayan hecho cursar mi enseñanza en uno de estos
institutos en la ciudad de Rosario, Argentina, en Sudamérica.
Festejo al santo, en este día, y agradezco a Dios, la
fecundidad de su obra…
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