PLATERÍA, en el Museo Histórico Provincial, Dr. Julio Marc, de Rosario:
En mi última visita al Museo Histórico de la ciudad de Rosario, Argentina, disfruté, de la hermosa platería que exhibe, en sus vitrinas.
Es una belleza deslumbrante, y pedí alguna información somera de las mismas, y me dieron una folletería, que se distribuyó, en ocasión de mostraciones especiales de este tipo de reliquias antiguas.
Así consta:
Platería:
Desde sus comienzos, en la zona costera del Perú, y poco antes del nacimiento de Cristo, el laboreo y el trabajo de la plata, en la América precolombina, tuvo, un carácter, sumamente marcado.
Con la llegada de los españoles, y fundamentalmente, con el descubrimiento, en el año 1545, de las minas de Cerro del Potosí, y su explotación intensiva, se difundió ampliamente, el consumo de objetos de plata, lo que permitió la formación de excelentes maestros, en el arte de la orfebrería. Toda esta inmensa riqueza, se manifestó, tanto en obras de arte, para el culto, como para la vida, cotidiana.
Posteriormente, en nuestro país, Argentina, se desarrolló, una notable platería, conocida, como, “criolla”, cuyo uso más difundido, fue el de “prendas” para el “chapeado”, (enjilgado) del atuendo del caballo, así como adornos de ropa y objetos de uso, del criollo, mismo.
Este fenómeno, solo puede comprenderse, a la luz de la inmensa abundancia de la producción, de las minas de Potosí, que hacían que el costo de la plata, fuera sumamente accesible.
Hombres, ligados, a la vida, del ganado cimarrón, (vaquerías), de espacios abiertos y recorredores de grandes distancias, encontraron en el caballo, a su compañero inseparable, su fuente de trabajo, y su “lujo”.
Este valor, asignado, al animal, lo llevó a “vestirlo”, y para ello, adquirió, adornos de plata, para el freno, y la montura, así, como otros, totalmente de plata, (como cabezadas de trenzas, o chapas) o que combinan artísticamente la plata y el cuero, como en los estribos. El resultado, fueron piezas, que se destacan, por su extraordinaria calidad y belleza.
Los maestros plateros, combinando el batido, con el repujado, y el cincelado, crearon formas armoniosas, que variaron de región a región.
Algunos fueron ampliamente reconocidos, como Perego, M. Soler, y Alais, entre otros.
En la vestimenta del criollo, fueron importantes, las “rastras”, o grandes hebillas, que sujetaban un “tirador” (cinturón) de cuero, que solía estar adornado con monedas de la época. También, sus elementos de trabajo y de defensa, como el cuchillo, el facón o la daga, vieron el trabajo de los plateros, en sus empuñaduras y en sus vainas, así, como los elementos, de su vida cotidiana: yesqueros, chifles y chambaos. Hasta las boleadoras tuvieron agregados de plata. Entre estos objetos, el más famoso, fue, sin duda alguna, el mate, con su bombilla, máxime, porque su difusión, abarcó, también, la vida ciudadana.
Con una tradición profunda, en el siglo XVIII, la gran variedad y belleza, de los trabajos, en plata, realizados, ya para realzar un mate de calabacilla, o para hacerlo totalmente en plata, son, aún, en la actualidad, el símbolo, más típico, de nuestra tierra.
En esta colección, que es una de las más importantes de Argentina, encontramos exponentes, tanto de las variedades usadas, en el alto Perú, del siglo XVIII, como en el Paraguay, Brasil, y Chile, juntamente, con casi todos los tipos regionales, del interior, de nuestro país.
A disfrutar de las hermosas fotografías…
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